En un soleado sábado en las canchas del colegio Emil Friedman, los estudiantes se reunieron emocionados por sus invitados, los atletas de Olimpiadas Especiales Venezuela, para los cuales tenían preparadas diversas actividades deportivas y artísticas para disfrutar entre todos.

Este día unificado, tuvo como finalidad que los estudiantes conocieran las capacidades de las personas con discapacidad intelectual y también sus retos. De esta manera, la consciencia de los jóvenes sobre lo valientes que son estos atletas fue alimentada de competencia y diversión, dándoles una visión más real de la personalidad de dichos deportistas.

Es increíble ver como asimilaron en poco tiempo que aquellas personas que se encontraban en las canchas de su colegio, no eran tan diferentes, y que podían vivir momentos igual de asombrosos como con sus compañeros de clase.

Apenas se terminaron las primeras actividades que variaban entre tiro libre de fútbol, lanzamientos al arco de basquetbol, y juegos típicos de una yincana; llegó la hora de descansar y refrescarse con los refrigerios que los propios estudiantes habían llevado. Durante este pequeño receso, se notaba el inmenso interés de los estudiantes en los atletas, los cuales eran bombardeados de preguntas y que ellos, de una manera muy alegre, respondían a sus nuevas amistades.

Es destacable que una vez se culminó el receso, dos equipos de 5 jugadores se enfrentaron en la cancha de fútbol. Los equipos terminaron mezclados entre atletas y estudiantes casi de forma natural, y cuando se llevaron a cabo las disputas en la cancha todos competían, jugaban, defendían, atacaban, y celebraban por igual, como un solo grupo de amigos.

Definitivamente esta actividad dio como resultado que los estudiantes aprendieran que de un mundo muy distinto al de ellos, siempre hay oportunidad de hacer lo que se proponga cada quién, y para los atletas, saber que siempre habrá un espacio para ellos entre quienes son llamados a cancha; siendo la cancha la vida misma.