DAISY SANTANA: “Compartir con los pequeños atletas de Olimpiadas Especiales ha sido como una medicina para mí”

Historia de una Voluntaria de Olimpiadas Especiales Venezuela

Septiembre de 2021.- Daisy Santana, tiene 40 años y vive en el sector Cumbote de la Colonia Tovar en el Estado Aragua. Es entrenadora voluntaria en el programa de Atletas Jóvenes del Sub-Programa Aragua – Colonia Tovar de Olimpiadas Especiales Venezuela.  

Vivió 8 años sumergida en la depresión, pero cuando comenzó a tener experiencias laborales con niños con y sin discapacidad intelectual en la especialidad de tareas dirigidas, obtuvo vivencias que le permitieron ver el mundo de manera diferente.

Comenzó a involucrarse en Olimpiadas Especiales este año con el apoyo de la directora del mencionado sub-programa, Karelia Alvarado, lo que le generó mucho entusiasmo, demostrando mucho compromiso en la comunidad a la cual pertenece.

Daisy comenta que para ella Olimpiadas Especiales es inclusión en diferentes entornos sociales y recreativos, comenta que esta organización le permitió entender que no existen límites y que el poder apoyar a niños y adultos con necesidades especiales ha generado que sus propias necesidades disminuyan.

Su mayor motivo de inspiración es la posibilidad de disfrutar de la sonrisa de cada niño al realizar las diferentes actividades, apreciar la alegría de los pequeños al participar en las jornadas pre-deportivas están siendo un reforzamiento muy positivo que la motiva en su labor como voluntaria, ya que también reconoce que esta población ha estado muy desasistida y que gracias al programa Atletas Jóvenes de Olimpiadas Especiales, se les ha podido brindar una guía práctica para complementar un adecuado desarrollo psicomotor.

A medida que la conversación transcurrió en un ambiente de cordialidad y sensibilidad por el tema, Daisy mostró su lado más emotivo y compartió un episodio vivido que le entrecortó la voz momentáneamente; luego su dulce mirada se le iluminó y dijo: “Más que enseñar a los niños, ellos me han enseñado a mí, a ver las situaciones desde otra perspectiva, a nivel emocional particularmente he sufrido de depresión, ansiedad y crisis de pánico por problemas personales.  El estar con estos pequeños atletas, guiándoles, enseñándoles, ha sido como una medicina para mí; yo no hacía ejercicio por desmotivación, hoy en día puedo decir que gracias a Dios y a los niños que me han acompañado y a Olimpiadas Especiales me siento como otra persona, una persona a la que hace mucho extrañaba”.