Historia de MariaClara Aranguren Flores

Mayo de 2022.- Mariclara Aranguren Gómez tiene 19 años, se graduó de bachiller el año pasado y está aspirando entrar a la Universidad Metropolitana para estudiar ingeniería química, actualmente dicta clases particulares a niños y jóvenes en edad escolar y además es guía del reconocido campamento “Shangrilá”.  

Desde pequeña sabía de Olimpiadas Especiales Venezuela (OEV), porque su hermano practicaba equitación,  pero nunca se imaginó que ella podía participar;  quien la introdujo al movimiento fue Carlos Castro, quien fuera voluntario del Comité de Activación de Jóvenes de OEV y apenas pudo, no dudó dos veces para comenzar a ser parte de esta labor que desempeña desde hace 6 meses como miembro del Comité de Activación de Jóvenes.

Lo que le motivó a ser parte de Olimpiadas fue su hermano Arturo: “Un “muchacho” de 40 años con discapacidad intelectual, ya que, tanto él como los atletas de Olimpiadas Especiales, me regalan experiencias únicas e inolvidables. Asimismo, me gusta motivar a más jóvenes a que se unan a la labor de vida más bonita que puede existir”, explicó “Maka”, como le dicen sus amigos.

Mariclara nos cuenta un poco más acerca de su labor dentro de OEV: “Actualmente estoy participando de un proyecto llamado “Tan Distintos, Tan Iguales”: se trata de una obra de teatro unificada y me parece fascinante ver el artista que hay en cada uno de los atletas, la manera en la que se meten en el papel sin ningún tipo de miedo, la confianza que se tienen y todo lo que nos pueden llegar a transmitir. Nunca había estado en una obra de teatro y sin duda no quepo en la emoción de poder aprender de cada uno de ellos”.

Sobre el voluntariado nos dijo: “No hay nada que me llene más que participar como voluntaria. Lo que más me gusta es que siento que es una de las actividades más puras que puede existir; cada vez que participo en algún evento de Olimpiadas Especiales, salgo con una sonrisa de oreja a oreja. Es invaluable todo lo que podemos aprender y nos podemos llevar de los atletas: la resiliencia, el amor puro y desinteresado, la perseverancia, entre otras tantas cosas. Ellos me demuestran que hasta lo más simple de la vida tiene magia. ¡Recomiendo vivir la experiencia de Olimpiadas, con los ojos cerrados!”. 

“A quienes aún no son parte de Olimpiadas Especiales les diría que la única discapacidad que existe, es una mala actitud; que no hay barreras ni limites entre las personas con discapacidad intelectual y las demás personas; que no tengan miedo de adentrarse en este mundo tan maravilloso porque se darán cuenta de que, en una discapacidad se encuentran mil capacidades. Sin duda alguna los invitaría a participar para que puedan vivir de una experiencia única y puedan romper ese “tabú” que siento que existe con la discapacidad intelectual.

Mariclara recuerda que cuando entró a Olimpiadas Especiales, lo hizo como un “S.O.S”, ya que necesitaban sacar un proyecto adelante. Aún no entendía muy bien como funcionaba el comité de Activación de Jóvenes o qué era lo que tenía que hacer, mucho menos sabía cómo organizar un proyecto, pero eso me ayudó a salir un poco de mi zona de confort y pude ayudar a estructurar “Una semilla para crecer”: este fue el proyecto que me enganchó con Olimpiadas Especiales Venezuela.

“Siento que formar parte de Olimpiadas Especiales me ha tocado el corazón, he podido desarrollar más la empatía, la creatividad, la motivación; me ha ayudado con respecto a mi crecimiento personal de una forma más humana y eso no tiene precio.  Para mi Olimpiadas Especiales es un estilo de vida único, es la organización que cambia vidas; no solo a ti como voluntario, también a los atletas. Pienso que deberían apoyar a Olimpiadas Especiales Venezuela, porque es un lugar seguro en donde se fomenta la inclusión y mantiene la idea de que no existen limitaciones por tener alguna discapacidad, algo que siento que le falta a la sociedad hoy en día.  Si tuviera que definir a Olimpiadas Especiales en una sola palabra, diría que es: Mágico”.